lunes, 8 de agosto de 2011

¿Valores? ¿Qué valores?

Imagen: http://d1061917.domain.com/valores.humanos.htm
            Vivimos en una sociedad en la que podemos disfrutar de muchos de los importantes avances y logros que se han consolidado a lo largo de la historia. Entre esos avances podemos resaltar la consolidación de unos derechos sociales que, aunque actualmente se están viendo atacados con la excusa de la crisis, nos han permitido disfrutar  de mejoras en lo referente a la libertad de expresión así como en el progreso y desarrollo.
            Pero, ¿qué hay de los valores universales?
            El respeto, la educación, el compromiso, la honradez, la tolerancia, la bondad, la solidaridad, la constancia, la humildad, el tesón, el esfuerzo, el buen hacer, son algunos ejemplos de esos valores clásicos, de los que tanto hablan políticos, religiosos, ideólogos, literatos ... que hoy en día prácticamente se han perdido, se reinterpretan según el interés o casi ni se respetan. Diariamente asistimos a un continuo ataque hacia esos valores desde los más diversos ámbitos como el de: los medios de comunicación, la política, los mercados financieros, la religión, el deporte y tantos otros que condicionan o influyen en nuestras vidas.
            Una fugaz mirada a nuestro alrededor nos muestra a políticos corruptos, que mienten o carentes de escrúpulos que, curiosamente, son reelegidos en los puestos que ocupaban, continúan ocupando cargos de responsabilidad o aparecen como candidatos en nuevas listas electorales. Observamos cómo líderes religiosos que afirman que "la solución a la crisis de los valores es Dios", o que hablan de la necesidad de respetar unos valores fundamentales (que supuestamente ellos representan), no contribuyen apropiadamente ni facilitan la persecución y castigo de aquellos individuos de su ámbito que han cometido graves y lamentables delitos, o no reparan en generar enormes gastos millonarios a la hora de realizar actos propagandísticos de masas, mientras en el cuerno de Somalia mueren de hambre millones de personas (la mayoría niños), que podrían haberse salvado o mejorado su situación si ese gasto se  hubiera destinado a ayudar al prójimo en vez de en buscar notoriedad. Millonarios, religiosos o no, acumuladores de grandes fortunas y tesoros (algunos patrimonio de la humanidad), instan al común de los mortales a realizar actos de caridad, a ayudar al prójimo o a dar donativos, sobre todo tras grandes tragedias, mientras ellos apenas ceden unas migajas de las inmensas fortunas que tienen o ni siquiera dan ejemplo de colaboración o humanidad, colaboran soterradamente en la evasión fiscal y blanqueo de dinero, mantienen negocios (a veces muy sucios) ocultos y siguen manteniendo su posición de poder a costa del prójimo. Artistas, deportistas, famosetes varios… con más o menos glamour y de los más diversos ámbitos sociales, que dignamente se autoerigen o son erigidos por campañas publicitarias, cadenas televisivas o por el dinero de papá como referente o modelo de valores a imitar, recalcan a la población que debe cumplir y mantener esos ilustres valores que ellos acaban mancillando o pisoteando en platós televisivos, encuentros deportivos y diferentes actos y situaciones lamentables.
            Estos tristes comportamientos acaban siendo imitados por el común, sobre todo por los más jóvenes, que ven en esos personajes sus ídolos, referentes, o modelos a seguir. Así la hipocresía; la mentira; la envidia; el rencor; las faltas de respeto, solidaridad o humanidad; la avaricia; la desidia; la vulgaridad; el desprecio; el insulto; la barbarie y violencia; el descaro o las malas formas se han acabado imponiendo como los valores universales que rigen hoy en día en nuestra sociedad.
            A la vista de ello todo indica que tristemente, al igual que otros aspectos y cuestiones de la vida, la adquisición y consolidación de unos correctos valores universales de comportamiento y conducta, esenciales para la consolidación de una sociedad más justa y humana, se convierten en última instancia en responsabilidad de las familias y de uno mismo.
 
Contesta a las siguientes cuestiones:
-.¿Por qué es importante conservar y respetar unos correctos valores universales de comportamiento y conducta? ¿Cómo intentarías conseguir fomentar esos valores en la sociedad?

 -.Pon algún ejemplo actual en el que creas que se refleja con claridad la crisis de los correctos valores universales y di por qué.

-.¿Crees que has pisoteado con tu comportamiento o actitud en algún momento alguno de los correctos valores universales? ¿Por qué crees que lo has hecho?

-.¿Cómo pueden influir los negativos valores en una sociedad? ¿y los positivos?

-.¿Crees que la crisis de los correctos valores universales tiene algún tipo de repercusión en la crisis económica actual? Razona tu respuesta. 

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